jueves, 29 de octubre de 2009

Halloween

Por vivir cerca de los estados unidos aquí se festeja más la onda del Halloween que el día de muertos. Todo mundo anda buscando su disfraz o comprando dulces para cuando los escuincles vayan a tocar la puerta y nos pregunten: ¿dulce o travesura?

En casi todas las escuelas o casas hacen sus pachangas con luz y sonido. De hecho existe una casa o un tipo refugio donde regalan hartos dulces, frutas, algodones de ázucar, pero las filas de la gente que quiere recibir algo son tan grandes que nunca me ha tocado comer algo de ahí.

Pero por una u otra cosa jamás he podido ir a una fiesta típicas de estos días. En la prepa o la universidad por lo regular nunca se ponían de acuerdo o a la mera hora no avisaban que había que disfrazarse. Mi cuñada Pao todos los años hacía sus pachangas, pero siempre me quedé vestida y alborotada, que porque me peleaba con el galán o de plano no pasaban por mi.

Un día mi hermana y yo nos disfrazamos bien "x", yo de gitana y ella de merlina. Nadie fue a nuestra reunión, de hecho creo que nomás invitamos a nuestros galanes. Hicimos un sandwichón y una botella de no sé qué cosa, total que acabamos bien fumigadas y panzonas de tanto tragar.

Hace como 4 años se me ocurrió ponerme unos ligueros y una microfaldita para salir con un chavo. Era una falda con la que se me veía todo, una blusa provocativa y unas plumas rosas que en serio, parecía chica de esquina. Ah! y el clásico chicle.

Ése día esperé al chico con el que salía, me dijo que no tardaba nada. Él venía de reynosa y sí tardó un buen para llegar. Total que se dieron las 2 de la madrugada y aún así, con cara de pocos amigos, me subí al coche. Nos dirigíamos un lugar cuando vimos un retén de tránsitos, me quedé helada y casi casi imploraba para mis adentros, que nos dejaran pasar de largo. Con la suerte que tengo, nos detuvieron. Al verme vestida así me pidieron que me bajara, sentí mucha vergüenza y entre dientes le dije que no era lo que parecía, pero no me creyeron.

Según ellos checaron el coche de arriba abajo pero no hacían más que perder tiempo, y ahí estaba yo parada en la madrugada, en el frío, con unas ropas diminutas, pintarrujeada y muy elegante con mi estola rosa. Todo el que pasaba me chiflaba o me gritaba cada peladez. Mi compañero se moría de la pena y de la risa y a cada rato me decía que nomás no le fuera a cobrar más por el tiempo que estábamos perdiendo.

Me trataban despectivamente y casi casi querían ponerme contra el coche para revisar si no tenía nada escondido, droga o algo así. Pero mis llantos no surtieron efecto y nos llevaron 2 horas a barandilla, qué pena con mi mamá. 

Nos regresamos a la casa y hasta ahorita no me he vuelto a vestir así de nuevo y sí lo hago, es para mí nada más.

martes, 27 de octubre de 2009

Un sábado diferente

Hay veces que quisiera quedarme un sábado en casa a descansar, a ver tele, a leer, a pintar, pero por lo regular recibo un mensajito de mi mamá preguntándome si no tengo planes de ir a algún tianguis o hacer el mandado de la semana. Inmediatamismo corro a su casa y nos vamos de pata de perro, se me va el día en la calle y mis planes de descanso se esfuman. Bueno, pues como mi mamá no se encuentra en la ciudad pensé que el sábado la iba a pasar de hueva en casa o en alguna sala de cine o dándome un tiempito para mi solita, pero no. Mi hermana me pidió auxilio desde el viernes.

Resulta que les regalaron un buen de material de construcción por el huracán del año pasado (linda burocracia) y querían aprovechar, además de echarle un vistazo a los albañiles, arreglar las recámaras de los escuincles. Y como suele suceder, si los demonitos estan en casa no pueden ni empezar mucho menos terminar con el trajín, así que me pidieron que me los llevara al lugar que me diera la gana, y como yo de eso pido mi limosna, aquí nuestro recorrido.


McDonalds- parque de diversiones - el laguito - centro histórico.

Parece poco tiempo pero terminé con un juanete de primera porque se me ocurrió llevar botas. Después de una semana de locos, de dudas, de toma de decisiones fue genial haber salido con esos chamacos.

Una muestra de nuestro recorrido :)







jueves, 15 de octubre de 2009

Blog Action Day 2009




Sí tan sólo cada uno hiciéramos algo pequeñito por el planeta, la cosa podría cambiar.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Iguales pero diferentes

No me gusta mucho usar anillos pero si encuentro uno que atraiga mi atención lo compro sin pensar, aunque sea el único que me ponga todos los días.

Hace meses me compré uno que a todo mundo le parecía ridículo por los colores y por la forma, además de tosco. Un día lo perdí y me fui a la tienda para ver si de chiripa encontraba uno parecido y que me encuentro uno idéntico, -nomás me queda ése- me dijo la chava, y lo compré.

Hace días quite la alfombra de mi sala y moví los muebles para dar un cambio y apareció el anillo perdido. Ahora tengo 2 y los uso al mismo tiempo. Ya viéndolos bien no son tan iguales, tal vez en el color y el estilo, pero uno tiene más abultado el centro que otro :)





(No crean que usé el mismo anillo para las fotos, en realidad estoy usando 2)

lunes, 12 de octubre de 2009

Mi asunto con la luna

En Chihuahua hace un frío de los mil demonios. Sobre todo en enero, que cae la nieve.

Pasé muchas inviernos congelada viendo tele, mi mamá nos vestía de los pies a cabeza con todo lo que se encontrara a su paso. A veces me daba risa que le valía y nos mandaba a la escuela con 10 grados bajo cero, porque ¿qué tal que si había clases? ahí van los dos monillos casi sin poder caminar y batallando con la nieve que aveces llegaba a varios centímetros de altura. Sentías que los pies se te dormían. Y nunca había clase, regresábamos con la misma y cuando, contentos queríamos salir a jugar, mi mamá nos detenía en seco y nos decía que no podíamos salir porque estaba nevando. ¿quién la entiende?

Vivíamos en la campesina (una de las colonias más humildes de Chih.) mi papá trabajaba por las mañanas en la S.C.T. y estudiaba en las tardes. Mi mamá siempre ha sido "ama de casa", le tocaba ir por mi hermano Daniel a la escuela especial y yo llegaba a eso de la 1:00 y los esperaba en la casa de mi vecinita Jani. Tenía unos 8 años más o menos, recién había entrado al segundo año.

Por lo regular mi papá de la chamba se iba directo a la escuela, para no gastar en pasajes, así que no lo veíamos hasta la noche o aveces ni eso.

Una tarde estaba heladísimo el clima, horrible, creo que de la escuela nos dejaron salir temprano por lo mismo. Como no teníamos calentón, a mi mamá se le ocurrió meter una tina de baño llena de carbón prendido y cerró todas las ventanas. A los pocos minutos yo me sentía bien rara, como volando, como mareada, pensaba que era migraña. Mi mamá empezó a actuar bien raro también, nos acostó en la cama a Dany y a mi y nos tapó hasta la cabeza, recuerdo que mi hermano y yo renegábamos pero ella estaba terca y nos decía que nos iba a dar de nalgadas si no le hacíamos caso.

Yo no sé que pasó, la cosa es que cuando abrí los ojos una enfermera me estaba dando de tomar leche mientras íbamos en una ambulancia. Me decían que me calmara y me estuvieron preguntando si tenía novio y que les dijera si era aplicada en la escuela. Mi mamá y mi hermanito iban dormidos a un lado mío.

Es la primera vez que escucho una sirena tan fuerte, no se puede ir sentada porque como va a toda marcha te sacude todo el cuerpo. Las enfermeras bien lindas me cantaban y me tomaban de la mano, según para que no me volviera a dormir. Yo iba sacada de onda.

Nos llevaron a una sala con más camas, era el issste. Me pusieron unos tubitos en la nariz que me hacían muchas cosquillas, eran verdes, ya luego me dijeron que era oxígeno. Estuve ahí un buen ratote hasta que vi a mi hermano corriendo por los pasillos, contándome a señas, que mi mamá se había muerto. Me sentí fatal, pensé que tal vez habíamos chocado en la ambulancia.

Luego llegó mi papá y me platicó todo el show. Nos intoxicamos con el humo del carbón y como la casa estaba totalmente cerrada pues caímos desmayados. A mi papá se le había olvidado uno de sus libros y pasó a la casa para aprovechar a comer. Cuando vio que no respondimos a la puerta, la tumbó y nos encontró tirados en al cama, decía que parecía que estábamos muertos. La que se llevó la peor parte fue mi mamá, no la hacían reaccionar y tuvieron que inyectarla varias veces. Total, que sí no fuera por el mentado libro que se le olvidó, no estaría yo aquí escribiendo todas estas líneas.

Mi mamá salió ya noche, nosotros la estábamos esperando afuera del hospital porque no dejaban estar niños ahí, si no estaban enfermos, obvio. Yo recuerdo que andaba en calcetines y me dio mucha pena. Tomamos un camión que nos dejó a unas cuadras de la casa, cuando nos bajamos mi papá me dijo que me cargaría en hombros, nunca lo había hecho, pero era una ocasión especial.

Tuve mucho tiempo para pensar cosas, escuchar lo que decían mis papás sobre la muerte. Hablaron hasta de que qué hubiera hecho sí no nos encuentra vivos, que sí se conseguiría a alguien más en poco tiempo, tonterías que hablan las parejas. En eso estaba cuando me di cuenta que la luna me seguía para todos lados y me entró una especie de pánico y le insistí a mi papá que me bajara. Les conté lo que había descubierto y se morían de la risa, pero no me bajan los desgraciados.

Cuando recuerdo eso días veo que yo no le tengo nada de miedo al frío, ni a las ambulancias, ni al humo, ni a los hospitales, ni a los tubitos esos que me pusieron, ni a la muerte. Creo que mi más grande temor llega cuando salgo en las noches y veo la luna. Si estoy sola me siento observada y aún sigo haciendo eso de verla cuando camino, me da cosa que me siga a todos lados.

viernes, 9 de octubre de 2009

lunes, 5 de octubre de 2009

Olvidada en la calle

Cuando tenía 5 años mis papás tuvieron que salir de la ciudad de Chihuahua, hicieron su primer viaje sin mí. Se fueron a méxico, al D.F.. Llevaron a mi hermano Daniel a hacerse unos estudios ya que desde los 2 años de edad, a causa de una fiebre y la mala aplicación de la penicilina, quedó sordo.

No teníamos familia ni muchos conocidos todavía, así que mi papá recurrió a su mejor amigo, al que había conocido desde el primer día que llegó a esa ciudad y al que siempre, hasta la fecha, le digo tío. Le pidió que si por favor me cuidaban mientras estaban fuera de la ciudad, le dijo que yo era bien tranquilita y no daba lata, pero lo único que sí le encargaba era que me dejarán a eso de las 9 de la mañana afuera de la casa, ya que el señor Chacón pasaría por mí en su camioncito.

Recuerdo que mi tío Fidel era bien tosco, para despertarme me echaba agua fría en la cara, según él porque pensaba que no me despertaría hablándome con cariño. A su hijo le pegaba con la mano abierta en su carita , todo para verlo llorar. Aunque era niña me parecía muy cruel y le tenía miedo. Esa mañana me dieron de desayunar y me dejaron a las 8:30 afuera de la casa de ellos, justo como les dijo mi papá. Tenían un portón muy grande pero lo cerraron para que no se metieran a robar.

Pasaron las horas y el señor Chacón jamás pasó por mí. Ahí me aventé de las 8:30 am de la mañana hasta las 6 de la tarde que regresaron de sus trabajos. Era un día super soleado y con nada de viento. Recuerdo que vi pasar a un señor que buscaba cosas en la basura, traía una bolsa grande y me imaginaba que también podía robar niños y llevárselos, pero nunca se acercó a donde yo estaba. También pasó un camioncito que vendía nieves, pero yo no traía ni un cinco así que me quedé con las ganas de comer uno de chocolate. Una vecinita de al lado me invitó a su casa pero me dio mucho miedo o pensé que me regañarían si no me encontraban cerca. Me hice del baño a un ladito de un árbol, con la pena pero ya eran muchas las ganas.

Lo que pasó ese día fue que a mis tíos se les olvidó dar en el kinder su dirección para que pasaran por mí esa semana, de hecho fue otra de las cosas que les habían pedido mis papás y creo que no pusieron atención.

¿Y a qué viene todo esto ahora? Sucede que mi mamá siempre pensó que yo me había creado la historia para no volverme a quedar en casa de ellos o que me había inventado toda esa excusa para que a la otra me llevaran de viaje. Hubo un momento que me hicieron dudar de lo que había pasado, pues estaba muy niña y como que no es creíble que se les haya pasado algo así tan grande y que me hayan dejado tantas horas en la calle.

Para mi ¿fortuna? todo eso es verdad. Mis tíos ya viven en Matamoros pero no los frecuentamos mucho y justo el fin de semana pasado estuvieron en casa de mi mamá. No me aguanté las ganas y le pregunté a mi tía que por qué el señor Chacón no había pasado para llevarme al kinder y contó toda la historia. Dijo que cuando llegaron a las 6 sintieron horrible verme ahí paradita con todo y uniforme impecable, sin rastros de haber jugado ni nada.

Me quedé tranquila porque mi mamá al fin se dio cuenta que no lo había inventado ni me lo había imaginado, pero me surgieron otras preguntas: ¿Qué iba a hacer yo a la hora que me fueran a dejar del kinder? se supone que los niños salen a las 12:00, ¿no se les ocurrió pensar que también me dejarían afuera de la casa solita mucho tiempo?

Eso ya es lo de menos, al menos me quedo tranquila en que mi historia era real y, sobre lo ocurrido áquel día, durante toda la semana no me llevaron a la escuela y en compensación mis tíos me dejaron en casa viendo tele y comiendo galletas saladas con salsa bufalo :)