miércoles, 25 de marzo de 2015

Janni.

Este año se juntaron muchas cosas buenas. Se me hace extraño que la vida me esté regresando personas que pensé perdidas y que valían mucho para mí.

Mi mejor amiga, Janni, aquella que conocí a la edad de 6 años me anduvo buscando tanto como yo a ella. Bendito facebook que reúne a las personas tan sólo por un click. El único problema que teníamos era que las dos no poníamos todos los apellidos o simplemente ya estamos muy cambiadas y las fotos nos hacían una mala jugada.

Pero ya estamos, ya las dos adúlteras (como dice mi hija). Estamos planeando vernos en diciembre, viajar yo a Chihuahua, claro está. Imagino como será nuestro encuentro y la de cosas que tenemos que decirnos. Ella es como la hermana que siempre quise tener. A pesar de vivir siempre cerca por muchos años, de discutir, de pelear siempre encontrábamos la forma de hablar, de buscarnos. Lo que mi corazón siente por ella no lo puedo explicar y no lo he sentido jamás por ninguna otra amiga.

No hay necesidad de ruegos, como que ahí no hay quien quiera más o menos. Ella habla de mí con tanto amor y respeto y viceversa.

Este año he encontrado mucho amor. Creo que valió la pena que el 31 de diciembre usara un suéter y mis chones rojos.

miércoles, 11 de marzo de 2015

Tu mirada

Los colores se avivan
no es necesario que la lupa se vista para la ocasión.
El mundo se te va de los ojos pero no es
necesario tomarlo para saber que ahí está; lo único
que nos mantiene es dejarle las rayas,
para que no se vuelva a desvanecer.

Todo se ve tan vertical,
algunas montañas aparecen
pero todo sigue igual.
A veces quiero no querer,
en otro tiempo fue más fácil pero no,
ya no se puede si encaraste con dulzura
al oponente.

Llegan las historias, solas y a lo mejor
todo se arregla, se perfecciona.
Las fobias tendrán que desaparecer para que funcione
y si lograste hacer un lado la muerte,
lo que viene es agua caída del cielo.

Anda ahora percibiendo con esos ojos,
como cuando cambiaste a colores claros, sin que
estos deslumbren, todo se dio solo, sin exageraciones,
pero firmes, como en un tiempo pasado.

Lo que más impresiona es el tiempo, ya no es necesario
estar ahí sentado esperando a que camine por que decidió dar el paso,
sin ese llamado que hacías todas las madrugadas
implorando con la luvia que descendía por tu cara.

Pura, cristalina y sin pasado, la vi y ahora quiero tenerla.