jueves, 30 de abril de 2015
miércoles, 29 de abril de 2015
Una foto con mis primeros lentes.
Hace ya algunos años, después de que nació mi hija, que mi vista andaba algo rara. Y digo así porque no quería aceptar que ya no veía como en mis mejores tiempos. Recuerdo que todos me admiraban por ello. Todavía hace, bueno, justo un año antes de que naciera Sadie tenía la manía de cortarme las puntas del cabello. Era una manía que mi familia odiaba y mi jefe, puesto que lo hacía a todas horas.
Ahora no puedo, ¡ya!, lo grito a los cuatro vientos. Si no traigo mis lentes, no veo absolutamente nada. Todas las fotos de mi hija en estos años salían borrosas y yo pensaba que era la lente o que tenía flojera. Pero ya, ya uso lentes. De esos que tienen doble aumento, para ver lejos y cerca. Claro, escogí unos modernos carísimos para que no se note tanto.
Bienvenida a los 40, aunque ya tengo 43.
Ahora no puedo, ¡ya!, lo grito a los cuatro vientos. Si no traigo mis lentes, no veo absolutamente nada. Todas las fotos de mi hija en estos años salían borrosas y yo pensaba que era la lente o que tenía flojera. Pero ya, ya uso lentes. De esos que tienen doble aumento, para ver lejos y cerca. Claro, escogí unos modernos carísimos para que no se note tanto.
Bienvenida a los 40, aunque ya tengo 43.
lunes, 20 de abril de 2015
Aprendiendo vivo
De mi hija he aprendido a:
Guardar secretos
Comer despacio
Caminar más lento
No enseñar los chones
Hablar sin gritar
Compartir los dulces
Vivir acompañada.
Tirar más seguido las bolsas de basura
Tener limpia la mesa
Guardar los zapatos en un baúl
Pensar durante todo el año que disfraz usaré el día del niño.
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