lunes, 31 de enero de 2011

Corazón lleno

Dicen que los lunes ni las gallinas ponen. Este día suelo pasarla tranquilamente porque nadie llama, nadie envía correos y me la paso organizando todo lo que haré en la semana.

Raro pero hoy no ha dejado de sonar el teléfono pidiéndonos cotizaciones e información sobre una camioneta que mi jefe está vendiendo. Sin poderme tomar un cafecito, amablemente contesto y despejo dudas de todos. Estaba en una llamada larga con un cliente cuando suena un "bip" que me avisa que alguien insistentemente me está marcando y pienso que es algo de suma urgencia y me acelero para cortar la llamada en turno. Trato de encontrar la palabra clave para cortarla sin sonar grosera pero el cliente habla de lo más tranqui.

Sigue ese "bip" que me hace pensar que es algo que no puedo perder, quizás sea el cliente que más chamba nos da y qué tal que se molesta. Al final corto la llamada e intento salvar la que está en espera y bingo! la salvo.

"da, da, da, da, da, da, ma, ma, ma, ta, ta, pa,pa,pa".... y un sin fín de balbuceos más hacen que mis lagrimotas salgan y mi humor gris a tan solo las 10 de la mañana se vuelva un lienzo de colores vivos.

Mi mamá me llamó para que escuchara a mi niña que hasta ayer apenas sacaba un "ma" o un "pa" los cuales tenía que andar cazando con cámara en mano, hoy no deja de decirlo como si estuviera en una plática de cotorritos.

Soy feliz

lunes, 24 de enero de 2011

Cuando un amigo se va

El único perrito que he tenido llegó un enero del 2000. Era un shnauzer enano hermoso, negro y muy inteligente. Me gustó desde que lo ví. Una chava del lugar en que yo trabajaba los estaba regalando y como la casa de mi mamá siempre ha tenido un patio enorme, decidí llevármelo y cuidar de el. Mi novio de ése entonces y yo le pusimos el nombre de "muerte", todo por una canción de illya kuriaki.

Lo cuidamos entre los dos y ése mismo año terminamos pero aún sí seguimos cuidándolo juntos por 4 años más. Llegó el tiempo de separarnos y tuvimos que decidir con quien se quedaría a vivir. Juanjo lo cuidaba todo el día porque yo trabajaba en un periódico por las mañanas y aveces en las tardes y como él es músico, solamente trabajaba viernes y sábados, estaban super acostumbrados juntos. No fue tan difícil saber con quien viviría. Como la amistad no terminó bien estuvimos mucho tiempo separados, no sabía nada de muerte más que por mi hermano que me daba noticias de vez en cuando, hasta el año pasado que nos reencontramos y renovamos la amistad. Ahí Juanjo me platicó cómo era muerte ahora, me enseñó fotos y pude estar en contacto con él, al menos por pláticas y por facebook.

Pasó lo de mi embarazo y mi bebé ocupó todo mi tiempo libre, aunque me prometí a mi misma visitar a muerte y llevar a Sadie para que convivieran no se me hizo posible. Muerte murió el 18 de enero, aún no sé las causas pero sé que ya lo mandó cremar a Monterrey.

La noticia recién me la dio mi hermano ayer y de una forma que me cayó como un balde de agua helada, no supe como reaccionar hasta que estuve sola en mi depa. Ahí me cayó el veinte y me sentí culpable por dejárselo a mi amigo, por no visitarlo, por esperar a que mi niña tuviera más edad para presentarlos, en fin, puedo decir mil cosas, pero luego entendí que así se siente cuando un amigo se muere, porque aunque no lo tuve tan presente estos últimos años, fue mi primer perro, al primero que yo cuidé y con el que salía a pasear en el coche, el que comía de mi boca (literalmente) el que dormía con nosotros en la cama, al que le disparábamos con la mano como si fuera una pistola y fingía morir, y aunque tuviera una galleta frente a el no se levantaba hasta que le diéramos la señal. Me di cuenta que muerte es el único perro que tuve, que quise y que tendré.


miércoles, 12 de enero de 2011

Confieso que...

Empecé el año con tremenda flojera mental que para que les cuento. No sé aún ni que escribir, ni que contar, ni que subir a este pobrecito y olvidado blog.

El año pasado lo terminé igual. Desde el aniversario luctuoso de Lennon mis fuerzas se fueron debilitando. Aquellas vibraciones cósmicas se esfumaron y no supe ni a donde.

Lo mejor que me dejó el 2010 fue mi hija, por supuesto. Viví un montón de cosas, de cambios que ustedes ni se imaginan y que no pude contar por la magnitud de cada uno de ellos y que en algunos casos fueron muy pero muy personales.

Me atreví a irme de vacaciones con mi retoño y fue una experiencia muy linda. Batallando con todo un ejército de maletas y con ella en una cangurera fue lo mejor que pude haber vivido. Levantarla de su asiento después de 7 horas de viaje y que todo mundo exclamara: ¡venía un bebé en el camión y ni cuenta nos dimos! me hizo prometerle que la volveré a invitar el próximo año, si todo sigue como hasta ahora o mejor.

Siento que fue el único año en que gocé gastar mi aguinaldo y vacaciones y además supe a donde fue a parar cada peso. Cada sonrisa de mi familia que conocía a la Sadie me hizo pensar que valía la pena mi esfuerzo de todo el año.

Qué más puedo decir? tal vez muy poco por ahora, pero trataré de quitarme estas telarañas mentales que me invaden para irles contando mis experiencias vividas estos días, ah! porque ni de las balaceras me libre allá en Tampico.

Otra cosa que sí les puedo contar y que es otra cosa hermosa de 2010 y 2011 que empieza, es que jamás me había sentido tan feliz y completa.



Feliz año 2011!