martes, 24 de noviembre de 2009

Ahora sí, un viaje relámpago

Nací en ciudad Madero Tamaulipas, pero a lo mucho he vivido unos 2 años ahí. Desde que estaba recién nacida me llevaron a la ciudad de Chihuahua que adopté como mía. Pero a Madero regresábamos a visitar a mi hermano gemelo, que en sus primeros años vivió ahí.

Recuerdo la calle donde vivía y donde lo visitábamos. Ahí le llevamos su primer bici "vagabundo". Ahí también le llevamos su primer disco de los Beatles, "el sargento pimienta" ya que mi papá había escuchado que mi abuelita le había comprado un disco de unos payasitos muy lindos: kiss. Ni tardo ni perezoso mi papá se aseguró que independientemente de sus gustos, los Beatles no le faltaran en su colección.Ahí comí mis primeros tacos de cochinita que por muchos años recordaba cuando andaba por otros lares. El sabor era otra onda, no podía describirlos ni jamás los volví a probar en otro lugar. También ahí conocí el mar.

Ya más grande tuve la oportunidad de volver a vivir un tiempo ahí, cuando decidí cambiarme de chamba e irme para allá a estudiar en la facultad de comunicación y luego en la de música. Visitaba mucho Tampico, es igual de tranquilo y queda a escasos minutos, es más, los divide solamente una calle. Mi hermano y yo nos íbamos al centro cada que estábamos aburridos en casa, nos comíamos un elotito o nos metíamos al cine y nos aventábamos 3 películas en un solo día. Pero fue poco tiempo, nos tuvimos que ir a Altamira porque no teníamos para pagar renta. Ésa ciudad queda como a 25 minutos en coche, muy cerca también.

El fin de semana antepasado regresé a Madero después de unos añitos. Recorrí un poco el mercado donde mi abuelo vendía ropa usada, no ha cambiado mucho. Visité el puesto de tacos y lo siguen atendiendo las mismas personas de cuando era niña. No pude estar mucho tiempo, fue nada más una mañana, pero fue muy rico, la verdad. Una noche antes me di un paseo por Altamira, ahí también viví cuando tenía 15 años. Mis papás nos mandaron a casa de mi abuelita como castigo por habernos escapado de una secundaria que no nos gusto.

Ya había estado ahí hace como 3 años, pero por la situación en la que estaba no pude darme una vuelta por los lugares que conocía. Ahora sí tomé fotos, aquí una muestra de la ciudad que me vio nacer.


Tortas de la Barda, Tampico




Centro Tampico


Una placita en Madero, donde se conocieron mis papás


El mercado de Tampico





Zona peatonal de Tampico


Puerto Tampico



Kiosko Altamira



Plaza de Armas, Tampico


Calle donde vivía mi hermano, en Madero



Centro Madero



La primaria donde estudio mi hermano, Madero.


El mercado de Madero, es subiendo las escaleras pero tomé la foto con el coche en marcha.


El puente de Tampico que está en Madero



martes, 17 de noviembre de 2009

Pa´la otra con mucho gusto

Así como festejo que mis pumas pasen a la liguilla y, como la temporada pasada, se coronen campeones, hoy en este post no me queda más que mostrar mi tristeza porque el equipo de mis amores no disfrutarán de estar en la fiesta grande menos de un bicampeonato. Se acaba el fut para mi, al menos en lo que resta del año.


Goya, goya, cachún cachún ra ra, cachún cachún ra ra, goya, Universidad!

martes, 10 de noviembre de 2009

Pies de mantequilla

Regresaron los días en que no me dan muchas ganas de salir de casa. Hoy justo es así. Pero estoy en la oficina y para que se me quitara más la flojera, me vine caminando.

Mientras venía caminando pensé en todas las cosas que me han pasado últimamente, sobre todo los accidentes. La semana pasada, el jueves, tuve que ir al taller literario y al término de éste una señora me pidió "aventón" entonces como no sé decir que no le dije que sí, que sí pasaba justo por el centro, lo cual era mentira porque yo iba a otra lado que nada que ver. Entonces aproveché para ver un poco de noche de danzón y comprarme unos rollitos para llegar y ver a mis pumas jugar.

Tomé una foto y un poco de video, una sola canción. Iba hacia mi camioneta cuando al bajar el escalón de la plaza, el cual es muy alto, sentí que me iba a caer, sentí que algo pasaba, pero todo en cámara lenta. No pude hacer nada más que meter una sola mano y la rodilla.

Caí cual saco de papas, en la calle, a punto de ser atropellada por algún cafre pero no, no pasó eso. Me quise levantar rápido pero me era imposible, mi mano no me respondía y mi pierna menos, pero algunas personas que veían el espectáculo (el danzón no mi caída) me ayudaron amablemente a levantarme y cruzar la calle para ir a un consultorio.

Me checaron bien y me inyectaron algo para destensionar los músculos, según entendí. Me vendaron el pie, el hombro y la mano derecha. No pude manejar así que uno de los señores bailadores me acompañó y se regresó en camión a la plaza.

Quiero que sepan que esta caída no es como las otras. Es la primera vez en muchos años que siento tanta pena y no precisamente por caer en plena plaza principal si no porque fue de lo más ridículo caer por la nada. Pude sentir como si alguien me empujaba y no pude controlar mis pies.

Fui al médico y me dijeron que tooodas mis caídas tienen una razón de ser, no nada más es por bruta o por culpa de mis zapatos, así que por ese lado estoy tranquila.

1.-Tengo el arco del pie tenso, debo usar unas plantillas y dejar por un momento los zapatos de piso.
2.-Me van a checar el oído y la vista por la cuestión de la pérdida del equilibrio.

Estoy asustadilla por los exámenes que me harán, pero si eso me ayudará a no caerme más, pues a darle que es mole de olla.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Supercalifragilisticoespialidoso

La siguiente es una de esas historias ridículas que he vivido y de las cuales son sin sentido y me avergüenza escribir, pero, qué mas da!

Cuando estaba en la primaria y la maestra me pedía que pasara al frente a exponer algún tema o dijera de memoria los estados de la república me ponía muy nerviosa, tanto que casi me congelaba en la banca. Desde ahí podía ver las caras de los niños con la burla a punto de explotar y me aterrorizaba.

Pero ya estando frente y mientras la teacher explicaba o decía lo que pasaría si no tenía bien aprendido el tema, me imaginaba que en vez de decir toda la cantaleta, me ponía al frente y bailaba ridículamente al sonido de la canción "Supercalifragilisticoespialidoso" pero no toda la rola, nada más el pedacito que, según la versión de Enrique y Ana decía, "Dan dilidili dan diliday, dan dilidili dan diliday dan dilidili dan diliday" pero lo más ridículo del asunto es que en mi mente se podía escuchar "dos firuliru, dos firula, dos firuliru dos firula" y me daba más pena, sentía vértigo de saber que de mi dependía que pasara, que estaba a nada de hacerlo. Todos se quedaban como a la expectativa pensando que me quedaba seria porque no recordaba lo estudiado.

Por arte de magia se me pasaban los nervios, tal parecía que al imaginarme eso en realidad me daba cuenta que lo que iba a hacer a continuación no se parecía para nada en el ridículo que tenía en mente y las palabras fluían solitas. Al final la maestra me felicitaba por explicar todo con tanta perfección y claridad.

En ocasiones que estoy nerviosa por visitas en la oficina o cuando me voy a ver con alguien que no conozco, regresa esa imágen a mi mente y adiós nervios. Así que si un día tengo que verlos y me ven que minutos antes estoy seria, no se preocupen, en cuestión de segundos estaré lista para platicar.

martes, 3 de noviembre de 2009

Cosas que no sabía de Villa


Cuando tenía 7 años tuvimos la visita de mis abuelos, mi hermano Arturo y unos tíos de Durango. Mi papá quería sorprenderlos con un paseo a algún lugar típico de Chihuahua pero hacia un frío tan horrible que los lugares abiertos quedaban descartados. Después de ver varias opciones nos llevó al museo de Pancho Villa.

No tenía idea de las cosas que vería en ese lugar, sabía poco por lo que escuchaba en la escuela o veía en la tele. Quedé impresionada con la casa, con el coche todo balaceado que muestran ahí y todas las armas que tenía de colección intactas, pero lo que más me impresionó fue conocer a una viejita en silla de ruedas, pero viejita viejita muy platicadora : su esposa Luz.

Así es. Tuve la oportunidad de conocer a la señora que fue la última con quien se casó. Recuerdo vagamente que nos contaba que Villa era un hombre muy celoso y que la mantenía encerrada cuando él tenía que salir, aunque fueran sólo 5 minutos. Se la pasaba quejándose y hablando de todas las mujeres con las que se había casado antes de ella y de todos los niños que tenía que cuidar porque él los recogía de la calle y se los llevaba a la casa. No tenía dientes y el cabello blanco lo llevaba trenzado.

Regresé varias veces al museo pero obvio la señora ya había muerto, creo que murió 3 años después de mi visita. La onda de Villa me quedó rondando por la cabeza por mucho tiempo después, creo que estaba impresionada por la forma en que lo mataron, porque de ahí en fuera no sabía nada más de él. Luego con el tiempo se va uno enterando de más cosas, sobre todo de todos los mitos que giran alrededor de un personaje tan polémico.

Esto viene a colación porque hace como 2 años tuve la oportunidad de asistir a la presentanción del libro "Pancho Villa" del escritor Paco Ignacio Taibo II. Más que cualquier otra cosa fui con la idea de conocer al personaje que me había maravillado ya con su primer biografía del Che y al cual le fui siguiendo los pasos. Paco me parece un genial escritor, entiendo sus relatos, se me hace un tipo común y corriente con el que puedes pasar horas en la plática
(Me llama la atención que nunca suelta el cigarro ni la coca cola, aunque esté caliente)

Esa vez me fue imposible comprar su libro, creo que lo daban en 250, no traía más que la mitad y ni foto me pude sacar con el escritor, más por pena que por otra cosa. Comí, eso sí, hasta hartarme con las cosas que habían preparado en su honor.

Ayer lo pude comprar y quedé fascinada. Me encontré con una narrativa deliciosa que, a pesar de ser un libro grueso y sin fotografías, te hace querer terminarlo al momento de abrirlo. Es un libro que se te va fácil. Y muchas de las cosas que nos contó su última mujer, vienen ahí. Ahora bien, hay cosas que te vienen a la mente cuando escuchas el nombre de Doroteo Arango, enseguida lo relacionas con el bandalismo, con el alcohol, la promiscuidad y nada que ver. De hecho hasta físicamente es diferente a como se ve en las fotos. Aquí 3 cosas que más me sorprendieron en el libro sobre su vida personal (bueno hasta lo que llevo leído)

Era blanco, güero de rancho pero se le veía "tostado" por el sol

Sí creía en el matrimonio más no en el divorcio, motivo por el cual se casó tantas veces (en 75 ocasiones por el civil)

No tomaba ni una gotita de alcohol.

En fin, tal vez cuando termine de leerlo tendré 100 cosas más que no imaginaba de Villa, pero eso lo contaré hasta que lo termine. Se los recomiento ampliamente