viernes, 26 de agosto de 2011

Primer aniversario.




Hace unos años mi vida era perfecta. Todo mi sueldo directito a mi bolsillo. Si quería me salía de viaje de fin de semana o me iba de vacaciones a donde fuera. Me gustaba mucho ser así, libre y no tener responsabilidades. Hoy que he pasado un año acompañada de mi hija me doy cuenta que a pesar de disfrutar mucho mi libertad, me la pasaba en depresiones. Siempre sentía que algo faltaba en mi vida y, aunque todo mundo decía que me faltaba dios, yo estaba segura que no, que la cosa iba por otro lado, pero no sabía cual.

(No quiero decir con esto que mi insinto maternal me llamaba y me pedía a gritos que me embarazara. Hablo más bien de esos temas que siempre escuché sobre que llega un momento que deseas tener hijos para compartir con ellos tu vida, temas a los cuales yo les sacaba la vuelta porque pensé que era algo que no te podía dar más que problemas y truncaba tus sueños)

Quizás las broncas con mis parejas de ese momento me hacían ponerme triste y me bajoneaba gacho. Por cualquier bronquita con ellos estaba ya tirada chillando. Instalada en el drama no había otro tema más que ¿por qué fregados me va tan mal en el amor? En resumidas cuentas: mi vida siempre fue una típica película de Woody Allen


Ahora que tengo a mi hija, cualquier bronca por más dura que sea, la tengo que dejar a un lado. No es que ya no tenga broncas o sean menos duras, es que cuando aparece la sonrisa de mi nena o escucho su vocecita, todo desaparece y me remonta a su mundo, un mundo perfecto.

Y tengo un año sin migrañas, sin depresiones. Tengo un año sin saber lo que es estar aburrida. Un año que no quiero correr a los centros comerciales a comprarme ropa o estar pensando en que gastar mi dinero los sábado por la tarde.

Tengo un año que me dio estabilidad emocional, felicidad y mucho que hacer.

Los días tal vez siempre sean iguales, las mismas rutinas, estar encerradas en casa saliendo del trabajo, sin nada nuevo en mí más que las broncas normales de la oficina, pero los cambios diarios de mi hija se convierten en los míos y siento que soy yo la que acaba de nacer.

Para todos los padres tal vez sea un tema trillado y estarán pensando que así es al principio, pero bueno, yo lo estoy disfrutando ahora mismo, así que les pido entiendan mi emoción.

Todos me dicen que hubiera sido mejor haberla tenido a los 30 pero no me parece. Creo que a esa edad yo me sentía de 18 y no estaba lista para algo así. Es un compromiso muy grande, que te marca para toda la vida, pero para bien. Hoy me siento muy segura de los pasos que doy, por fin tengo metas que quiero compartir con ella. Sueño ya con nuestra casa donde ella tenga su propia recámara y estar solitas viendo películas o armando un rompecabezas.


Mi niña no me cambio mi mundo, me lo vino a llenar de colores más vivos.

Felicidades a Sadie, por todos sus logros este año, por todas las palabras que ha aprendido, por cada pasito, por cada caída, por levantarse y seguir. Pero sobre todo gracias por esa sonrisa que me regala cuando me ve llegar a casa.

Y espero con todo el corazón, tenerla a mi lado muchos años más.


(En medio de esta alegría que siento y que no puedo ocultar, quiero mandar un abrazo a todos mis amigos y conocidos de Monterrey por lo ocurrido ayer. Esperemos que acabe pronto esto para que nuestros hijos puedan disfrutar de nuestro México como nos tocó a nosotros)

jueves, 11 de agosto de 2011

martes, 9 de agosto de 2011

Novedades

-La primera y más grande es que me cambié de casa. Así es, simplemente agarré mis chivas y me fui de mi departamento y regresé con mi mamá. Ya lo venía pensando y creo que les había contado mi deseo de hacerme de algo propio, pues sí. Empecé a ver lo de construir una casa ahí en el gran terreno de mi madre y los planes estaban más que listos, solamente me faltaba un empujoncito.

Un día me sentí mal, físicamente. No pude cargar a mi niña y ni me podía quedar parada. Me sentí fatal porque yo sola qué iba a hacer?. Entonces al haber arreglado las cosas con mi familia les dije que si podía quedarme más tiempo con ellas por cualquier cosa que surgiera mientras construía mi casa, pero seguir con mis idas al depa para no dejarlo tan solo y pagar las cuentas de luz y agua, obvio mi mamá me dijo que era una tontería porque sería como tirar el dinero, que mejor me quedara con ella ya definitivo pero yo aún dudaba. En eso a un primo que lo castigan en estados unidos y se tiene que quedar un año y medio en esta ciudad y pues platicamos y se quedará a vivir ahí. Ni tardos ni perezosos nos salímos en 2 días, arreglamos todo y ya pronto él se cambia.


Pensé que sería difícil el cambio pero no lo fue tanto. Sí me puse triste pero sólo fue un momento ya que organizar todo en casa de mi mamá hace que se me olvide todo. Mis muebles se vendieron en un fin de semana. Lo vendí todo baratísimo, lo más caro fue el aire acondicionado en 300 pesos, se fue sala, cama...todo!.


Ahora no sé si terminar una obra negra que hay en el terreno o comprar una casa de madera prefabricada, ya que dicen el gasto es el mismo. La obra negra ya tiene las paredes y son como 3 cuartos y un baño. El borradillo ya está más que apuntado para empezar con todo el show pero estamos aún decidiendo en dónde mero será.


-Mi niña ya camina. Empezó con 4 pasitos seguidos y ahora ya ni quien la pare

-Ya dice mamá, papá, "annea" (andrea) y "guau"

-Este mes cumple 1 año y me siento tan afortunada por tenerla a mi lado.