viernes, 22 de mayo de 2009

Confesiones

No me gusta compartir.

Y no me da vergüenza decirlo, antes sí, algún tiempo lo oculté no aceptando invitaciones al cine para no tener que comprar algo en la dulcería, y no era la dieta ni nada de eso, jamás las hago, solamente que a la hora de que querían agarrar de mis palomitas se acaba mi emoción por esa persona y no les miento pero hasta de lugar me quería cambiar. Ahora me ayuda mucho eso de los combos, al menos ahí se que debo compartir porque es una cajota enorme y 2 refrescos.

Cuando llegas a una reunión o estás con amigos viendo películas siempre hay alguien que saca un dulce o destapa una coca y dicen ¿gustan? y ahí va todo mundo a dejarlo sin casi nada de lo que tan amablemente nos ofrece, pues yo no soy así. Si tengo un chocolate espero a que todo mundo tenga algo que comer y lo saco para no ofrecerles, pero si nadie saca nada, olvídense, me aguanto hasta llegar a casa. Pero no soy coda, ya que si tengo 2 o más se los regalo para que se lo repartan entre sí , aquí la cosa es que yo quiero uno para mí solita.

Con el refresco me pasa igual, si es coca aguas con que alguien me salga con que le regale del mío, ya saben: voy a la tienda ¿alguien quiere una coca?-no, ahí me das de la tuya- casi me infarto, casi se puede apreciar el fuego que sale de mis ojos de la furia, la verdad prefiero traerles uno que darles la mitad del mío. Y si por error alguien que no me conoce se le ocurre tomar de mi refresco se los regalo sin bronca, nomás les digo que ya no quiero, que se lo tomen todito y me quedo con las ganas.

Los que me conocen lo saben, jamás me piden esas 3 cosas, ni mi mamá, a veces no sé que me pasa y me sale lo "buena gente" y les ofrezco, pero es muy de vez en cuando. Tengo un compañero de la chamba que me regala chocolates y pues ni modo, no me queda de otra que ofrecerle y siempre me sale con "me dejas la mitad" y no puedo, siento que nunca podré, que lo quiero todo, por más que le busco algo malo al mentado chocolate no le encuentro nada o justo ese día me parece el más rico de los que he comido, ¿cómo podría entonces dejarle una migaja siquiera? Es imposible. Hay veces que cuando viene por su parte aún lo tengo cerrado, le invento que no tengo tiempo, le digo que mejor se lo coma y luego me regale otro o me arrepiento de haberle ofrecido.
Tal vez a uno que otro ya le caí más gorda que de costumbre pero prefiero ser sincera, no piensen que es algo contra ustedes cuando no les comparta de mi chocolate, refresco o palomitas, creo que todos tenemos manías o algo que no soportamos, pues gente, esto es lo mío.

3 comentarios:

David Lepe dijo...

Como me gustan estas tus historias.

glass ♥ dijo...

jajaja ay kózmica, envidiosita?? jajaja, no bueno, jajaja.

Qué terrible, está muy cañón. Pero ten por seguro que yo no te pediré nada jajaja. No me gusta pedirle a la gente.

Mi confesión, es que ¡me dan asco las babas de los demás! en un refresco, en un dulce, en una hamburguesa, en una cerveza, en lo que sea... jajaja no tolero las babas y mejor me quedo con las ganas o igual, no comparto con nadie.

Saluditos. ;)

Kózmica dijo...

David:

Gracias, me alegra te gusten.

Glass:

Pues yo no soy así con las babas, hubo un tiempo que sì pero ya lo soporto, pero lo que no es que me pidan algo, serà que de niña nunca me comí algo yo sola? jaja tal vez

Vine a escribir de mis pumas adorados :P

Saludos!