Mi madre es la mujer más buena onda del mundo, es mi amiga, nos hablamos todo cara a cara y sin ocultarnos las cosas, hace tiempo que la situación no era la misma, teníamos distanciamos por circunstancias ajenas a nosotras, pero ahora todo cambió, estamos recuperando el tiempo y me siento feliz de tenerla conmigo. No me gustan muchos los festejos ni nada de eso, pero la mamá es la mamá.
El viernes a las 11:45 pm nos dirigimos a la casa de mi madre, mi hermano Arturo, kriss y yo, y en punto de las 12:00 am ya con guitarra en mano entonamos las tradicionales mañanitas, un poco diferentes porque se me olvido un poco la letra, pero aún así mi mamá salió feliz a abrazarnos, fue un detalle sencillo, pero que le agrado mucho.
Y llegaron los obsequios, un estuche con jabones rosas aromáticos, una pulsera roja (anda loca con el color rojo) y un poema hecho por mi, plasmado en la foto que puse hoy en el blog, agradeciéndole por todo lo que ha hecho por mi. No me gustan las flores, lo reconozco, pero bueno, a la señora si y ni modo.
Yo jamás le había llevado serenata, y fue padre, más porque iba acompañada del mejor guitarrista. Ya encarrilado, Arturo le dedicó unas canciones escritas por el mismo.
La verdad estuvo padrísimo.
Gracias mamá, por ser como eres.
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