martes, 18 de agosto de 2009

Oh! y ahora ¿quién podrá peinarme?

( idéntica a mi plancha :( )

Mi plancha de pelo había venido sufriendo algunas fallas- no al calentar, en eso sí jamás ninguna otra le ganaba- y no le puse atención. Debo confesar, con pesar, que le di un trato de la fregada, la llevaba en mis morrales, en mis bolsas de viaje, la llevaba a la oficina, se la prestaba a mi hermana y nunca fui para comprarle un estuche o algo para que no se dañara, y se dañó.

Tenía 5 años con ella, al principio no la usaba más que para la parte del fleco, siempre quise tener pero por lo ondulado jamás podía lucirlo. Ella me ayudó a hacer realidad mi sueño y hasta eso, se me veía muy bien. Luego también descubrí que al plancharme todo el cabello ya no había necesidad de hacerme chongos o ponerme brochas o ligas- que por cierto odio- ya que así lucía bien peinadita.

La falla era que una de las tablitas que calientan se despegó, no del todo, aún quedaba agarrada de unos cables delgaditos. Pero ahí la traía para todos lados, nomás la acomodaba y seguía haciendo bien su trabajo. Y bien me lo dijeron: "déjala en tu casa porque un día se te descompondrá más de lo que ya está". No hice caso y ahí están las consecuencias; un día de plano esa tablita se cayó y ya no la pude meter.

Estuve tentada a comprar otra que me ayudara a salir del paso mientras me la arreglaban, pero no quería gastar lana porque yo confiaba en ella, yo confiaba en que era cualquier cosa y no necesitaría de otra más. Mi amigo Alex me dijo que él haría el intento por arreglarla, que todo se puede cuando es cosa de "fierros".

Ayer se quedó en mi oficina he hizo lo propio. Yo me fui a mi casa a comer, estaba tranquila, me sentía segura ya que siempre que me promete algo, lo cumple. Me llamó al celu y me dijo que estaba tan seguro que quedaría bien que me apostaba que si no pegaba bien el pegamento o si ya no calentaba como antes, me pagaría una comida y me compraría una igualita. Imaginé que ya estaba lista.

Algo falló, algo hizo corto que hasta el aire acondicionado de la oficina dañó. No me dijo nada. En la mañana llegué, abrí mi cajón y ahí la vi, destartalada, sin piezas, como si le hubiera pasado un tren encima. Esperé en la puerta a que llegara y lo vi con cara de niño regañado.

Sé que parece una tontería, pero quiero mucho a mi plancha, confiaba en ella, bueno fui yo quien no le dio buen trato y por eso se me desconchinfló. De hecho pude ver que ya no tenía algunos pedazos por los golpes que le doy cuando la aventaba al sillón y rebotaba al piso. Otra cosa es que batallo mucho para desprenderme de las cosas que tienen tiempo conmigo, me cuesta hacerlas a un lado.

Hoy vamos por una nueva a la misma estética. El viernes me toca comer de gorra :(

4 comentarios:

Dámaso Pérez dijo...

si fueras hombre, con cortarte el pelo cortito ya no tendrías que peinarte, y eso es un alivio porque a mí nunca se me acomoda el pelo...

me parece muy curioso que llevaras ese aparatito a todos lados. Me recuerda a un par de amigas que en sus bolsos llevan de todo, incluso una de ellas lleva una brujula en su bolsa!!, sepa dios para qué...

saludos hasta tamaulipas

NTQVCA dijo...

Uy Kósmic girl, me pasó exactamente lo mismo, nomás que mi cabello si esta muy chino y me tardaba una hora completa alasiandomelo, asi que traía paseando mi planchita por todos lados y lo hacia por partes, ja, hasta que un día usandola en el trabajo llegó un cliente y por intentar esconderla se me cayó y quedo hecha añicos, me dolío y ahora me duele el codo comprar otra,a si que mejor visito las esteticas de alasiado expres, y fijate que interesante tocar el punto, pero hay gente que considera una vanalidad el tema, pero para mí andar peinadita me sube el anímo de una manera impresionante.
Consigase otra plancha, ni modo!

David Lepe dijo...

lo siento. que triste.

Kózmica dijo...

Dámaso:
Lo tuve corto muchos años, creo que 8 o 10 años, tenía ganas de verme femenina. Ahora veo los cortes y me llaman la atención pero no me animo...soy cobarde para esos cambios.
La llevaba a todos lados porque aveces no podía plancharme en la casa, así que la oficina es mi estética. Las mujeres cargamos cada cosa, si vieras mi bolso, es enorme y hasta cucharas, tenedores, botes de café...en fin, parece alacena.


NTQVCA:
Sabía que me entenderías! A mi también me dicen que son cosas vanales, pero fue un gran descubrimiento saber que no tenía que utilizar el cepillo para verme bien.
Imagino lo que te ha de haber dolido verla caer y más, que quedó inservible.
Yo también me la llevo a la oficina, a veces no tengo chance en casa y me llevo todos mis utensilios de belleza (crema contra frizz)
Y obvio,también me duele el codo, anduve viendo opciones por internet, más baras, pero creo que como dice el dicho: más vale malo por conocido que bueno por conocer.

David Lepe:

Ni modín :(

Saludos!