lunes, 12 de octubre de 2009

Mi asunto con la luna

En Chihuahua hace un frío de los mil demonios. Sobre todo en enero, que cae la nieve.

Pasé muchas inviernos congelada viendo tele, mi mamá nos vestía de los pies a cabeza con todo lo que se encontrara a su paso. A veces me daba risa que le valía y nos mandaba a la escuela con 10 grados bajo cero, porque ¿qué tal que si había clases? ahí van los dos monillos casi sin poder caminar y batallando con la nieve que aveces llegaba a varios centímetros de altura. Sentías que los pies se te dormían. Y nunca había clase, regresábamos con la misma y cuando, contentos queríamos salir a jugar, mi mamá nos detenía en seco y nos decía que no podíamos salir porque estaba nevando. ¿quién la entiende?

Vivíamos en la campesina (una de las colonias más humildes de Chih.) mi papá trabajaba por las mañanas en la S.C.T. y estudiaba en las tardes. Mi mamá siempre ha sido "ama de casa", le tocaba ir por mi hermano Daniel a la escuela especial y yo llegaba a eso de la 1:00 y los esperaba en la casa de mi vecinita Jani. Tenía unos 8 años más o menos, recién había entrado al segundo año.

Por lo regular mi papá de la chamba se iba directo a la escuela, para no gastar en pasajes, así que no lo veíamos hasta la noche o aveces ni eso.

Una tarde estaba heladísimo el clima, horrible, creo que de la escuela nos dejaron salir temprano por lo mismo. Como no teníamos calentón, a mi mamá se le ocurrió meter una tina de baño llena de carbón prendido y cerró todas las ventanas. A los pocos minutos yo me sentía bien rara, como volando, como mareada, pensaba que era migraña. Mi mamá empezó a actuar bien raro también, nos acostó en la cama a Dany y a mi y nos tapó hasta la cabeza, recuerdo que mi hermano y yo renegábamos pero ella estaba terca y nos decía que nos iba a dar de nalgadas si no le hacíamos caso.

Yo no sé que pasó, la cosa es que cuando abrí los ojos una enfermera me estaba dando de tomar leche mientras íbamos en una ambulancia. Me decían que me calmara y me estuvieron preguntando si tenía novio y que les dijera si era aplicada en la escuela. Mi mamá y mi hermanito iban dormidos a un lado mío.

Es la primera vez que escucho una sirena tan fuerte, no se puede ir sentada porque como va a toda marcha te sacude todo el cuerpo. Las enfermeras bien lindas me cantaban y me tomaban de la mano, según para que no me volviera a dormir. Yo iba sacada de onda.

Nos llevaron a una sala con más camas, era el issste. Me pusieron unos tubitos en la nariz que me hacían muchas cosquillas, eran verdes, ya luego me dijeron que era oxígeno. Estuve ahí un buen ratote hasta que vi a mi hermano corriendo por los pasillos, contándome a señas, que mi mamá se había muerto. Me sentí fatal, pensé que tal vez habíamos chocado en la ambulancia.

Luego llegó mi papá y me platicó todo el show. Nos intoxicamos con el humo del carbón y como la casa estaba totalmente cerrada pues caímos desmayados. A mi papá se le había olvidado uno de sus libros y pasó a la casa para aprovechar a comer. Cuando vio que no respondimos a la puerta, la tumbó y nos encontró tirados en al cama, decía que parecía que estábamos muertos. La que se llevó la peor parte fue mi mamá, no la hacían reaccionar y tuvieron que inyectarla varias veces. Total, que sí no fuera por el mentado libro que se le olvidó, no estaría yo aquí escribiendo todas estas líneas.

Mi mamá salió ya noche, nosotros la estábamos esperando afuera del hospital porque no dejaban estar niños ahí, si no estaban enfermos, obvio. Yo recuerdo que andaba en calcetines y me dio mucha pena. Tomamos un camión que nos dejó a unas cuadras de la casa, cuando nos bajamos mi papá me dijo que me cargaría en hombros, nunca lo había hecho, pero era una ocasión especial.

Tuve mucho tiempo para pensar cosas, escuchar lo que decían mis papás sobre la muerte. Hablaron hasta de que qué hubiera hecho sí no nos encuentra vivos, que sí se conseguiría a alguien más en poco tiempo, tonterías que hablan las parejas. En eso estaba cuando me di cuenta que la luna me seguía para todos lados y me entró una especie de pánico y le insistí a mi papá que me bajara. Les conté lo que había descubierto y se morían de la risa, pero no me bajan los desgraciados.

Cuando recuerdo eso días veo que yo no le tengo nada de miedo al frío, ni a las ambulancias, ni al humo, ni a los hospitales, ni a los tubitos esos que me pusieron, ni a la muerte. Creo que mi más grande temor llega cuando salgo en las noches y veo la luna. Si estoy sola me siento observada y aún sigo haciendo eso de verla cuando camino, me da cosa que me siga a todos lados.

6 comentarios:

.sandrine. dijo...

pues tal vez es porque te observa que ese día (que pudo haber sido trágico) pasó lo que pasó....

.... si ella te ignorara no estarías aquí...

puede ser ¿no crees?...

¡que historia!, algo sin duda para recordar...

saludos desde acá.... buen inicio de semana!

NTQVCA dijo...

Que barbaridad! no, de verdad que te pasaban cosas bien mala onda, yo creo que por eso eres tan fuerte ahora, de la luna es la primera vez que se que le tienen miedo, sera mejor que este octubre ni la mires, esta re grandota.

Kózmica dijo...

.Sandrine:

Puede ser.

Hay cosas que me suceden, medio extrañas, pero que siempre me dejan algo. La cuestión es moverle tantito para que salgan.

NTQVCA:
Sabes? me han dicho que debería escribir un libro con todo lo que me ha pasado. He llevado una vida demasiado agitada.
Aveces creo que soy débil, pero cuando recuerdo los episodios tan difíciles que he vivido lo que me sucede en el momento se convierte en nada y los paso de largo. Eso ayuda mucho.

Saludos

Kanuto dijo...

Que fuerte, lo importante fue que salieron de eso.

Kózmica dijo...

NTQVCA:

Oye, tienes razón, he visto desde mi ventana la luna, está enorme.

Paloma dijo...

Comadre....Dios se manifiesta de mil maneras y en esa ocasión a tu papá se le olvidó el libro. Raro que con tu personalidad no te guste la luna, yo la amo, por eso octubre es un mes que disfruto generalmente, aunque este año me esta lloviendo en mi milpita jajajaja pero tenerte conmigo es parte de mi fuerza....te quiero!!!