martes, 9 de febrero de 2010

Primer decepción

Cuando tenía diez años había un chavito que vivía cerca de la casa de mi tía que se me hacía guapísimo. Su nombre Felipe, pero le decíamos "Pipe". También yo le gustaba pues era la niña nueva y un poco rara. Jugábamos al fut con él y con todos los niños de ahí. Yo siempre hacía lo posible por quedarme cerca de él.

Se me hacía el niño más guapo del lugar. Mi hermano me contaba que jugaba futbol como nadie, que solito se llevaba el balón y podía meter goles. Mi papá los patrocinó e hicieron su equipo y competían contra otros niños de colonias vecinas. Siempre ganaban. Yo jamás platicaba con él, lo veía de lejos nada más.

Un día fui a la tienda que quedaba frente a su casa. Volteaba para ver si lo veía por ahí jugando pero nada. Me seguí de largo compré mis cosas y me regresé a casa. En la esquina estaba un tronco de árbol tirado y él estaba ahí esperándome. Me preguntó si podíamos hablar y le dije que sí, pero un ratito porque mi tía esperaba las cosas de la tienda.

Platicamos un ratito. Me contó que estudiaba en estados unidos, que tenía una hermana llamada "Melis" que quería andar con mi hermano y qué él quería andar conmigo. Puedo jurar que me puse colorada. Me dijo que le gustaba mi collar de piedritas y se me quiso acercar pero yo me quité.

-¿Por qué te quitas? te iba a dar un beso.
- Me da pena, estamos muy chiquitos para eso.
-En estados unidos las niñas me piden besos, además es de "piquito"
-Pero ni somos novios ni nada
- Eso ya no se usa, al menos en estados unidos no se necesita ser novios o qué ¿te da "güergüenza"?

Al escuchar como dijo esa palabra me dio una decepción y me fui a mi casa. Sentí eso que dicen pena ajena cuando no lo supo mencionar. A partir de ahí lo vi diferente, me gustaba mucho antes pero ya no sentía eso, la palabra aparecía cada vez que lo veía.

Se lo tuve que contar a mi hermano y un día que se pelearon a trancazos le dijo que primero aprendiera a hablar, que se decía vergüenza no güergüenza. Volteó a verme y ahí me dio más vergüenza a mi y me fui. Ya nunca nos volvió a visitar ni fue al fut.

Ahora mi mamá vive en la casa que mi abuela le heredó a mi hermano y a Pipe lo he visto varias veces, ya un poco gordo y descuidado. Hace unos años nos encontramos en una casa que venden raspados y helados. Me sonrió y yo también, me dio gusto saludarlo pero, yo sólo quería preguntarle si seguía diciendo güergüenza. ¿cómo me quito eso de la cabeza?

7 comentarios:

Kanuto dijo...

jaja buena anécdota, y esas impresiones nunca se olvidad y uno tiene que vivir con ello :D

Unknown dijo...

Ahora entiendo menos. Ya va siendo hora de que me compre un perro ¿o de que yo me deje comprar por alguien? No le digo; le hubiera dado un "piquito", total, que tanto es tantito. Nada más le hubiera dicho: prenuncia bien, güey.

Kózmica dijo...

Kanuto, lo llevo grabado como si fuera ayer, ya vaya que ha pasado el tiempo.

Pherro
Creo que era muy payasa de niña. Hubo una vez que un niño al final de una cartita me puso: "Te ciero, adis" y ya no le contesté y ni le volví a hablar.

Saludos!

NTQVCA dijo...

Ah pero que cruel me salío usted!, ahora tengo miedo de poner comentarios estrayos... o eso.

Kózmica dijo...

NTQVCA

Pero eso fue de niña, lo aseguro!, ya no lo soy tanto ya que soy de las más errores involuntarios tiene. Igual me gusta corregir y que me corrijan pero no como era de niña.

Saludos!

la MaLquEridA dijo...

No, pues no hay manera, la palabrita quedó grabada en tu mente para siempre.



Saludos.

Pablo Cabañas dijo...

Way, tan siquiera hubiera esperado un poco el chavo; digo, está bien que se enamoren y todo, pero caray, "es que no se necesita ser novios"; atrevido el chiquillo...
:P