lunes, 18 de noviembre de 2013

La edad... ¿de los dolores?

Siempre me he caracterizado por tener la mejor vista, tanto de lejos como de cerca. Cuando a mis papás o hermanos se les atoraba algo de lectura o no podían ensartar el hilo en la aguja, Verónica era su salvación. Por muchos años anduve presumiendo de mis ojos, de poder leer todo lo que se me pusiera enfrente... hasta hace unos días.

Parece mentira pero después de los 40 ya no fui la misma. Según leí, la vida empieza a esa edad pero, no me avisaron que con nuevos malestares que no se quitan con cualquier pastillita. En todo lo que va del año he batallado para leer mis mensajes de celular y según yo culpaba a los nuevos modelos con sus luces medio extrañas, pero no.

Hace unas semanas mi mamá me pidíó que acomodara las latas de comida en su alacena y al leerlas me di cuenta que no me había dicho que tenía salmón ahumado, con eso bien podíamos hacer unas ricas empanadas de salpicón. Cuando mi mamá se acercó para hacerlas, se dio cuenta que en realidad era una lata de frijoles... ¡clarito vi que decía salmón!

Durante una semana me puse atenta a todo lo que pasaba frente a mis hijos y si, necesito, me urgen lentes.

Me di cuenta que he estado escribiendo mal los números en las cuentas de mi jefe. Me di cuenta que muchas palabras las cambio por otras. Siempre quise usar lentes, pero una cosa es querer por llamar la atención y otra muy distinta, necesitarlos.

Otra molestia es un dolor en la rodilla muy extraño. Hace tres meses empezó a dolerme pero de vez en cuando y hace como 2 semanas que es constante, día y noche, leve, pero ahí está.

He llevado una vida muy sana así que, definitivamente si es la edad.

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