viernes, 23 de enero de 2009

A la capirucha sin escalas

Ya tengo todo listo para mi viaje, ya traigo en la camioneta mi maleta para no andar batallando, nomás paso por mi boleto y me lanzó con mi santa madre . Voy bien cargada de tiliches, llevó la ropa que le dejaré al Cris en México, sus chamarras, pantalones, gorros, cosas de las chivas, bueno casi todo lo suyo porque la temporada que pasará en aquella ciudad será un poco larga por los tratamientos y terapias.

Estoy nerviosa y emocionada. Nerviosa por ver al Cris, llevamos ya casi 2 semanas sin vernos, me siento como quinceañera en fiesta. Y emocionada por el viaje, por todas las cosas que se dicen de esa ciudad, aunque ya pasé por ahí a finales del año pasado, esta vez me voy en camión y siento que voy a andar como la india María, escondiendo mis cajitas para que nos me las vuelen.

Y es que no es lo mismo que la ciudad de Monterrey, cuando me tocaba viajar allá cada fin de semana pues yo sola me aventaba a irme a la clínica, aunque es una ciudad ya también llena de tráfico, no se compara, no me da miedo, me siento segura como si anduviera aquí en Mata, pero México es otro rollo.

Aquí quiero aclarar que no tengo nada en contra de la ciudad del cerro de la silla, esto lo digo porque ayer, mi amiga Caro me dijo que qué me habían hecho ahí para que les tirara tanto en mi post pasado, pero no, la cosa es en la clínica, el personal médico, los doctores, ni siquiera las enfermeras que tan bien se portaron con el Cris. Los doctores le sacaban la vuelta y de plano nos dijeron que no podían hacer nada porque eran fechas de fiestas, así como se lee, eso da coraje, pero con la gente de Monterrey "na nais".

De hecho vengo enamorada de esa ciudad, de todos los lugares turísticos, de la estación 91x de ese lugar, ya la pongo en internet todos los días, es buenísima, música oldie tooodo el día, y fue de chiripa, ya que un día que me tocaba ir a comer pues me lancé a las liverpulgas que están frente al hospital y ahí la escuché, y un señor bien lindo me dijo que estación era y toda la cosa, y como me había llevado un mini radio para el Cris, esa música nos hizo pasar el rato un poco más agradable

Otra cosa que me llamó mucho la atención es que según se dice que los son "codos", "tacaños", bueno me contaron la historia de ese mito, pero sinceramente yo comprobé todo lo contrario. A pesar de que los días se antojaban para estar en la pachanga o con la familia, muchos iban a la clínica a darnos una cena, un desayuno, una comida, lo que se podía, y veías de todos los status sociales, daba ternura como gente humilde te llevaba unos tamalitos y un champurrado y solo alcanzaba para unos pocos, todo porque sabían que si estábamos en el hospital no era por gusto, si no porque nos tocaba cuidar algún pariente enfermo. Todo eso no se me olvida, nunca lo había visto en otra ciudad, así que mala onda no fue de la ciudad, ni de la gente en general, si no de como trataron al Cris los doctores del seguro social.

Me extendí un poco en eso porque si quería dejar bien claro ese asunto.

México también me gustó mucho, me parece enorme, me asombró las distancias que se recorren para llegar de un lugar a otro. Aquí hago 15 minutos para visitar a mi mamá, y eso que vive fuera de la ciudad, en cambio allá, ese tiempo es para ir de compras al súper o a las tienditas, no manches!. Ahora comprendo el stress de mi amga Gaby, su desesperación cuando me cuenta que fue a algún evento o que andaba buscando algo en una tienda. Creo que para fin de semana me gusta, pero para vivir, ya sería mucho , mi migraña se la pasaría al tope todos los días :P

Me despido, ya el lunes les estaré contando como me fue en la capirucha y como ví al Cris.

Les deseo un bonito fin de semana.

1 comentario:

Anónimo dijo...

YEAAAHHHHH

Aquí te esperamoooooossss!!!!! ;)

Feliz viajeeee!!!!

glass