lunes, 17 de marzo de 2008

¡Gané!

Debo confesar que no me gustan las competencias, me caen gordas porque obviamente nunca he ganado nada, bueno, hasta el sábado pasado.

El fin de semana tuve una agradable visita, mi sobrina Andrea se quedó a dormir desde el viernes y nos salimos de "pata de perro" por todos lados.

Después de haber visto la película "Horton y el mundo de los quién" nos fuimos a un parquecito a subirnos a los juegos mecánicos. En esas estábamos cuando vi que cerca de ahí, en una concha acústica, había niños sentaditos como esperando ver un programa artístico o algo así y, como buenos chismosos, entramos para ver que era. Resultaba ser un evento familiar para que los niños participaran y se pudieran ganar dulces, rebanadas de pastel y así divertirse.

Para no hacer el cuento largo, como el Cris llevaba su playera de las chivas, obviamente llamó la atención del conductor y empezó a gritar ¡arriba las chivas! y la gente se emocionaba, entonces se le ocurrió hacer un juego, invitar a las esposas de un americanista y un chiva para una competencia.
Más que gustosa iba un poco enojada ya que para nada le voy a ese equipo, de hecho mi sobrina llevaba la playerita de los pumas que le compré, pero pensé: todo sea por la diversión.

Nos teníamos que aventar una corretiza marca diablo por todas las gradas en forma de zig zag, y la que llegara primero se llevaría nada más y nada menos que un pastel de chocolate con fresas.

En la mente tenía muy firme que perdería, pues para las carreras soy pésima competidora, pero en fin, qué podía a perder.

Desde un principio me adelanté muchísimo, no sé de donde saqué fuerzas pero corrí super rápido, ni la Guevara me hubiera visto el polvo (ja), en una de esas sentí que la chava y yo topamos, pero cómo no podía detenerme para ver que hacía ella no me di cuenta que se cayó, al menos eso me contaron, ya que yo iba como flecha veloz. Total que al final me di cuenta que llegué a la meta, que si había podido vencer a la otra chica que, obviamente, era más joven que yo.

Veía las caras de todos felices, incluso cuando iba corriendo escuché gente que gritaba mi nombre, eran unos conocidos que tenía siglos sin ver y justo me los vine a encontrar ahí.

Fue una experiencia bonita, mi sobrina y Cris quedaron felices, y yo no me lo puedo creer todavía, me gané un pastel enterito del cual, obviamente, ya no queda ni rastro :P

2 comentarios:

Anónimo dijo...

jejeje me hubiera encantado verte!! corriendo por comida jjaja no mentiraaa amiaaa :p Gissel

Anónimo dijo...

jajaja qué chido!! BIEN HECHO!! Mmmm un rico pastelito que seguramente no duró ni dos días!! jajaja... Felicidades!! ;o)

glass