miércoles, 16 de abril de 2008

Fragilidad

Ví como mordías tus uñas, noté inmediatamente tu nerviosismo y pedí que hablaras, pero ni una sola expresión se veía en tu cara. Caminé varias veces en círculo, parecía totalmente infantil a la espera de un resultado de escuela y seguías sin decir nada.

De pronto volteas a la ventana, me acerco y lo veo, cubría su rostro con una tela, pero al fin y al cabo no necesitaba conocerle, ya estaba todo dicho, con tanto silencio todo se dijo en un segundo.

Por fin salieron las lágrimas, 2 solamente y supuse que no teníamos nada que hacer ahí, que la habitación se estaba convirtiendo en una enorme prisión de la cual teníamos que salir.

Te acompañé y sin más cruce los dedos para que te fuera bien. Me senté en el primer escalón y me puse a pensar en todo lo que se perdió, en las miles de palabras, en las frases que se quedaron volando, me pregunto si alguien más las escuchará alguna vez.

Ya no quise asomarme a lo perdido, preferí dejar la llave y buscar mi camino, ahora tenía que inventarme nuevamente, de construirme a base de nuevos elementos, de sólidos elementos, aunque se que alguien más podrá tocarlos y convertirlos en una suave pluma que con cualquier cosa se volverán a derrumbar.

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