jueves, 10 de julio de 2008

Mi Matamoros querido...


El lunes nos dieron salida a las 4:00 pm del trabajo porque no paraba de llover y la zona donde trabajo es de las que se inunda horriblemente, de pronto vimos como el nivel del agua ya llegaba a las rodillas a la gente que pasaba, y ni modo, ¡ patitas pa que las quiero!. Claro que a mi jefe le ha de ver dado un infarto porque nada más nos fuimos y dejo de llover, ya para las 5:30 estaba el sol a todo lo que daba y con el bochorno clásico que le sigue a cada lluvia.

Hoy parece que ni lluvias hubo, todo seco, el termómetro a 35 grados y los niños corriendo como si nada por las calles,.

Matamoros no es la ciudad donde yo nací, ni ha sido mi favorita para vivir, pero es un lugar que me ha dado trabajo, que me ha dado cobijo en varias ocasiones de mi vida, es una ciudad que tiene mil oportunidades para el que llega a solicitarlas, y no tengo más que darle las gracias por que creo que es una de los lugares donde mejor he vivido ya como adulto, economicamente hablando. Pero no puedo dejar de ver la realidad, es una ciudad llena de polvo y cuando hace viento no puedes abrir los ojos a menos que lleves unos lentes o algo que te cubra, si dejas abiertas las ventanas de la casa, para que te cuento, polvo, polvo y más polvo en cuestión de segundos.

Así que imagínense cuando llueve, tal parece que la ciudad se llena de chocolate, lodo por todos lados, no hay avenida o banqueta que se vea limpia. Me acuerdo que en Chihuahua me fascinaba cuando llovía, veía como corría el agua clarita por el piso adoquinado de San Felipe Viejo, era un espectáculo ver los charquitos limpios, podías jugar con el agua y toda la cosa. Aquí es tan diferente, cada laguna es agua oscura donde si caes por error todo el zapato, junto con calcetín, quedan sucios.

He vivido en varias colonias de aquí, hubo una donde de plano el agua nos llegaba abajo de las pompas. Cierta vez que llegué de la playa con mi familia nomás me dejaron a unas cuadras de la casa porque no pudieron entrar, de plano me fui nadando, ¿Qué más podía hacer?, me daba miedo caer en una alcantarilla o pisar un vidrio, la gente se me quedaba viendo pensando que estaba loca, pero la neta me valió, lo bueno que vivía en un segundo piso y nunca se me echó a perder nada, pero cada que llovía no podía salir a tomar el pesero para ir a mi chamba, siempre llegaba tarde.

En el 2004 cayó una nevada, ya tenía yo mas de 10 años que no veía algo así, pero no crean que todo lucía blanco...no!, a causa del polvo parecía nieve de chocolate! daban ganas de darle un mordisco. No voy a negar que se veía bonito como a eso de las 6 am, pero a eso de las 12:00 del mediodía ya no lucía tan bien.

Adoro está ciudad por muchas cosas, aquí nació mi padre, aquí vivió mi hermano por 15 años y era de cajón venir de vacaciones, algunas veces en julio otras en diciembre, he conocido gente maravillosa que realmente me ha brindado su amistad, estoy empezando mi vida como ama de casa, pero por otro lado odio su polvo, sus vientos, sus calles inundadas en cada lluviecita... si puediera cambiar algo sería eso, de ahí en fuera todo esta bien.

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