viernes, 31 de octubre de 2008

Morir es retirarse, hacerse a un lado...



Cuando hablamos de muerte por lo regular se nos paran los pelos de punta, es un tema que al menos en lo particular no me gusta tratar a fondo, cuando estoy con la familia y mi mamá empieza a heredarnos en vida me entra un escalofrío tan feo que mejor me escurro hacia otro cuarto o me salgo a jugar con los niños.

No saber que sigue (o si de plano ya no sigue nada) es lo que más me aterra, digo, todo mundo habla de que si vamos a un mejor lugar, que si esto y lo otro, pero al final nunca he sabido de un muerto que haya regresado para platicar sus experiencias en el más allá

Cuando era niña platícaba mucho con mi abuela paterna sobre eso, y ella nos prometió que cuando muriera iba a regresar para contarnos como era todo por ese lugar o ya de perdís a "jalarnos las patas". Es fecha que la espero y nada.

Las muertes de mis abuelos no fueron algo que me pusiera a pensar en eso fijamente, tenía menos de 14 años y se me hizo normal que unos ancianos se fueran para el otro mundo, total, ya habían vivido lo que tenían que vivir. Pero ahora que veo sus edades, bueno mi abuelo ya tenía 80 años, pero mi abuela tenía nada más 55 años, me parece que aún le faltaba por vivir, si viviera tendría unos 78 años, pero creo que se dejó morir, como decían antes, para seguir a mi abuelo.

Mi papá murió joven también, mucho antes de los 50, ahí si la muerte me pegó duro, no lo esperas, no quieres pensar en las muertes de tus padres ni de tus hermanos, y a raíz de eso, el pensar en la muerte se me hizo algo recurrente. El miedo de que en cualquier momento me puede pasar me hizo reflexionar en que estaba pasando más tiempo peleando con mi familia en vez de pasarla bien, y de pronto cambió mi relación para con todos ellos.

Este año, en enero, murió mi cuñado de tan solo 33 años, es otra de las muertes que me afectó por que habían pasado unas cuántas semanas que habíamos ido con el de vacaciones fuera de la ciudad. Sentí el dolor de Kris como mío, imaginé la inmensa tristeza de perder a uno de tus hermanos, de alguien que es tu cómplice de niños, pero traté de no hacer mío el problema en ese momento para poder ser su apoyo

Pasado mañana es el día de muertos, no es la idea de ponerse tristes, al contrario, en México se juega mucho con estos temas, incluso hay quienes van a los panteones a visitar a la familia, a los amigos que ya se fueron, en sus casas les hacen un altar y preparan todo un festín para recordarlos y tratan de expresarles lo que aún sienten por ellos, mi mamá apenas en noviembre pasado hizo uno, es el de la foto de arriba. En lo personal todavía me parece muy doloroso ir al cementerio, ver una tumba fría y triste no me hace pensar en mi papá, pero bueno, son tradiciones y como tal trataré de tomarlas.

El domingo me daré una vuelta a llevarle algo a mi padre, algo que le haya gustado en vida, según dice la tradición, algún platillo o alguna cerveza, una modelo, que era su favorita. Esta será la primera vez que vaya un 2 de noviembre.

Tal vez suene raro para algunos, pero deseo que pasen un feliz día de muertos y que, como en muchos lugares, salgan a pedir su calaverita. :)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Si hemos conocido de como se celebra en mexico el día de los santos difuntos, acá es todo un aconteciemineto también la gente va a visistar a sus seres a los cementerios y hay gente que hasta va a almorzar o cenar con ellos en las tumbas y se hace una colada morada con frutas y harina morada es riquisima!