martes, 7 de octubre de 2008

Viaje al pasado

Hace unas semanas, antes de que mi ataque de locura apareciera, tuve la oportunidad de platicar vía messenger con una amiga de Chihuahua, Isela Porras, con quien llevo una amistad de más de 20 años, y quien me tiene al tanto de lo acontecido con todos nuestros amigos de la infancia de aquella ciudad que tanto amo, y no es que quiera andar de chismosa, pero al no poder verlos tan seguido me gusta saber que es de todos ellos. Pero siempre me pasa que me pongo toda nostálgica, vienen las imagenes claritas a mi mente, todas nuestras aventuras, nuestras peleas y nuestras reconciliaciones. Excepto de una niña: Janni.

Mi primer amiga en la vida y no sé por qué pero, a pesar de haber tenido muchas amigas en la vida (ya que me he cambiado de casa y ciudad muchas veces) a ella la tengo en un lugar especial de mi vida. No la califico como amiga en realidad si no como familia, esa familia que uno escoge.

Cuando nos fuimos a vivir a la ciudad de Chihuahua yo tenía como 2 años, así que siempre me consideré de aquella ciudad, la veía como mía y me fascinaba platicar sobre todo lo hermoso que era, bueno, que es.  A Janni la conocí cuando yo tenía 6 años y me invitó a su casa a ver al chavo, no se me olvida nunca ese momento. Quizás Janni es la hermana que siempre quise tener y ya sé, tengo más hermanas pero no es lo mismo. Luego más adelante, en otra colonia volvimos a vivir cerca y aunque no lo estuviéramos, mi mamá siempre nos llevaba para estar cerca, tanto ella como yo, como su hermano Fer con mi hermano Dani.

La última vez (y espero no la última) que la vi fue en el 91. Ya casada y con una hija, me dio muchísimo gusto, cuando ves a un familiar, me dolía estar lejos de su familia, igual mi mamá. Nunca más la he vuelto a encontrar.

En fin, sigo contando como conocí a Isela.

En ese barrio de San Felipe Viejo, donde conocí a Isela. Llegué a los 7 años, estaba en segundo de primaria y al instante quedé fascinaba con el lugar, y no se diga con mi casa, estaba en el tercer piso, era muy pequeña pero linda, solamente tenía 3 cuartos y el baño, así que era la recámara de mis papás y de mi hermano Daniel, la cocina, y la sala, ahí dormía yo en una camita que me acondicionaron.

El primer día que llegamos y mientras mis papás acomodaban todo en la casa yo me asomaba por los grandes ventanales, podía ver a todos los niños jugando en sus bicis y me emocionaba el saber que iba a tener muchos amigos. Ese día mi mamá nos cocinó chicharrón en salsa verde.

Ahí conocí a los niños que serían mis amigos por muchos años. Isela era hermana de Claudia, que desde bebés estaban en en ese lugar, Rossana es hermana de Oswaldo; Ceci, Licha y Heidi, eran tías de Gerardo, Angel y Julio, y a la vez primos de Uriel, Osiel y Masiel, así que los únicos que quedaban fuera era mi hermano Daniel y su servidora, pero aún así nos acoplamos chido.

Mis papás por lo regular me acompañaban a jugar con todos, a las escondidas, los quemados, el futbol, o nos llevaban a diferentes paseos. Los lugares clásicos eran los llorones, le dicen así porque es un parque lleno de arboles de ese tipo, "sauce llorón", ahí se podía acampar, asar carnes o meterse en sus albercas, y Las quintas Carolinas, un lugar donde había unas casonas deshabitadas y donde vivieron gente de mucho dinero, en ese lugar no cobraban la entrada y había ríos donde nos podíamos meter a bañar.

Pero mi lugar favorito era mi casa, mi barrio, enfrente se podía ver el cerro del coronel, muchas veces imaginé que dentro vivía King Kong y un día saldría a aplastar a todos, menos a mi y a mi familia :).



Como dije anteriormente en el 2003 viajé a Chihuahua, me hospedé en casa de Isela y como ella tenía que irse a su trabajo por las mañanas yo aprovechaba para recorrer la ciudad. Mi intención fue buscar a Janni o su papá en el directorio pero me fue imposible. Nadie me supo dar noticias porque jamás presenté a mis amigos del barrio con ella. Me fui a la liber a comer unas deliciosas "banderillas" tenía como 18 años que no probaba una, es una salchicha cubierta por un tipo de masa que sabe deliciosa, te la dan calientita y uno le puede poner mayonesa, catsup y mostaza, aquí venden unas pero son muy dulces, como que las hacen con harina para hot cakes y nomás no.



Me fui al mercado a comprar chucherías para la familia, pasé por donde venden colitas de pavo y me compré una, son tan deliciosas. Lo triste fue cuando pase por San Felipe Viejo, se me salían las lágrimotas de ver las calles adoquinadas que recorría cada vez que me dirigía a la primaria o la secundaria. Recuerdo que el camino que teníamos que recorrer a la escuela era un enorme lote baldío, y a los alrededores había malvivientes y daba un pavor pasar por ahí, ahora El Palomar", así se llama el lugar, ahora es una plaza gigantesca donde puedes ir a pasear en bici, comer un elote y admirar todo Chihuahua, hasta para cruzar una avenida que tanto miedo me daba le pusieron un puente donde venden revistas, refrescos, aguas, muy bonito, muy padre. Jamás me imaginé que cambiaría tanto un lugar que en aquellos tiempos era tan peligroso.

Ese día visite a mis primeras amigas de la escuela primaria, Teresa y Vero Flores Castro, como de niña las visitaba mucho no me fue difícil recordar el camino, llegué a la puerta y me abrió un niño que resultó ser hijo de una de ellas, qué cosas!, ahí me invitaron a comer una rica carne seca y chile chilaca con queso (mi favorito hasta la fecha) y obviamente nos pusimos a recordar viejos tiempos.El barrio se me hizo tan pequeño, podía recorrerlo en un segundo, y de todos mis amigos ya casi nadie vive ahí, nada más pude saludar a Irma, una amiga de mi mamá que por cierto hace días murió.

Tantos recuerdos; "la casa de doña Tomasita", pobre, siempre la hacíamos enojar tirándole sus macetas con el balón, "el edificio de los doctores", un lugar donde jugábamos a que era nuestra casa, y "los resbaladeros", un lugar donde acostumbrábamos a ir por las tardes, ya cuando se escondía el sol para poder resbalarnos y jugar en los escalones, aunque a veces cuando tenía que pasar por ahí para ir a la escuela me detenía a jugar a pleno sol.


Pero lo que más me dolió fue no ver a mi amiga Janni. Mi mamá tenía la esperanza de que encontrara por fin a la que fue su mejor amiga, pero no pude. Creo que mi viaje fue de tristeza más que de alegría. Pensaba que mi mejor amiga de la infancia y su familia estaban tan cerca y tan lejos.

No puedo creer que haya pasado ya tanto tiempo desde que me salí de esa ciudad, parece que fue ayer que me despedí de todos, en ese momento pensé que al siguiente año los visitaríamos en vacaciones y nada.

Lo que me da gusto es que gracias a la tecnología puedo estar al pendiente de mis amigos de infancia, de enterarme de las buenas y las malas noticias. Desde que tengo el facebook he buscando a mi amiga Janni pero no hay resultados, si alguien me puede ayudar su nombre es Alejandrina Hernández Estrada y viviré eternamente agradecida.


Espero no pase mucho y pueda ir a verlos y enseñarle a Kris que el corrido no miente, y: ¡¡ Qué bonito es Chihuhua!!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mmmmmmm esta foto de la banderilla hizo que me diera hambree.... es que son deliciosas!!!

Qué chido que tengas esos bellos recuerdos de la infancia... Es algo que nunca olvidas... =D

Glass